El Constitucional abre la puerta a una oleada de litigios por el Patrimonio
Oposición y arqueólogos consideran que la sentencia afecta a siete zonas históricas de la capital
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| La fachada del teatro Albéniz en la calle de la Paz. / Claudio Álvarez | 
Al menos siete edificios o zonas históricas de la capital verán 
reforzada su protección, según la oposición y los colectivos 
profesionales, gracias a la sentencia del Tribunal Constitucional del pasado 17 de julio, que anulaba ocho puntos de la Ley de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid,
 aprobada en junio de 2013. “El teatro Albéniz, Canalejas, la Quinta de 
Torre Arias, los edificios de la calle Corredera Baja de San Pablo, el 
Edificio España, Casa de Campo y el Palacio de la Música” son algunos de
 los ejemplos citados por Milagros Hernández, responsable de Cultura de 
la ejecutiva federal de IU, como posibles beneficiados por la decisión 
de los magistrados, que entienden que las excepciones incluidas por el 
Gobierno regional en esta norma invadían las competencias estatales.
La sentencia se produjo a raíz de un recurso interpuesto por 57 senadores del PSOE y del Grupo Mixto,
 que exigían la derogación de 10 puntos de la normativa. Ambos grupos 
piden al Ejecutivo de Ignacio González (PP) que revoque la norma y 
elabore un texto consensuado con los profesionales vinculados al 
patrimonio histórico. “Recurriremos a la Fiscalía caso por caso si no 
cumplen la sentencia”, advierte Hernández. La viceconsejera de Turismo y
 Cultura, Carmen González, considera que los proyectos citados “no están
 afectados por los artículos derogados” salvo, quizás, el teatro 
Albéniz. No obstante, reconoce que la Dirección General de Patrimonio 
“está revisando todas las decisiones que se han tomado en estos meses”. 
“La oposición está en su derecho de pedir la derogación de la ley, pero 
de los 45 artículos que conforman la norma, solo han sido declarados 
inconstitucionales ocho y no son los más fundamentales de la ley. 
Permanece en vigor más del 80% de la norma”, argumenta.
El recurso, sufragado por la sección de Arqueología del Colegio de 
Licenciados en Filosofía y Letras y en Ciencias de Madrid, la asociación
 Madrid, Ciudadanía y Patrimonio y la Asociación Madrileña de 
Trabajadores en Arqueología, basaba su planteamiento de 
inconstitucionalidad en la consideración del Bien de Interés Cultural 
(BIC) como requisito para la defensa de estos bienes contra la 
exportación y el expolio, competencias exclusivas del Estado. “La 
Comunidad considera que los BIC deben tener carácter excepcional y no 
relevante como establece la Ley de Patrimonio Histórico Español y otras 
legislaciones autonómicas, lo que supone una ruptura con la norma 
común”, explica Javier García, catedrático de Derecho Constitucional de 
la Universidad Complutense de Madrid y autor del recurso. “Siguiendo 
este precepto, disminuirían considerablemente el número de BIC, mermando
 la protección del patrimonio e incurriendo en el posible expolio y 
exportación de los bienes”.
El Constitucional entendió que la norma autonómica otorgaba un menor 
grado de protección que la estatal y declaró nulos los artículos que 
definían los BIC, lo que, según los profesionales y la oposición, podría
 ayudar a conservar, por ejemplo, el teatro Albéniz al que el Gobierno regional (PP) denegó la consideración de Bien de Interés Cultural en mayo
 de este año, dejándolo sin ninguna protección como patrimonio 
histórico-artístico. “Esta sentencia va a favorecer al Albéniz porque ya
 no hace falta que los edificios estén calificados de excepcionales”, 
considera Alicia Torija, Vicepresidenta de Madrid, Ciudadanía y 
Patrimonio. “Ahora será más fácil que el Albéniz salga adelante”. La 
viceconsejera de Turismo reconoce que “es posible que la sentencia 
afecte al Albéniz, pero, en cualquier caso —matiza— la decisión iba a 
ser revisada por los tribunales” porque ha sido recurrida por la Plataforma de Ayuda al Albéniz.
La posibilidad de segregación parcelaria de Monumentos y Jardines 
Históricos también ha sido declarada inconstitucional por la sentencia, 
lo que, según la responsable de Cultura de IU, favorecería, entre otros,
 al Palacio de la música, que, explica, se han planteado “convertirlo en
 una tienda de ropa y un pequeño teatro”. González, niega, sin embargo, 
que se haya presentado un proyecto del estilo y “en cualquier caso”, 
afirma, “si los propietarios lo propusieran ahora, no se podría 
conceder”. La sentencia puede generar cierta inseguridad jurídica a los 
empresarios que pensaran invertir en los inmuebles que los colectivos 
que presentaron el recurso consideran afectados por el fallo del 
Constitucional.
El vocal del Colegio de Arqueólogos, Jaime Almansa, añade el único 
pero a una sentencia que ha sorprendido a todos los colectivos que 
formaron parte del recurso por la rapidez de los magistrados. “Como 
arqueólogo, estoy muy contento, pero el Constitucional llega hasta donde
 llega la Constitución. La abolición de la arqueología preventiva en 
todas sus vertientes no entra dentro de sus competencias. Nos tendremos 
que conformar con parar las obras que podamos después de que se inicien.
 Aunque lo deseable sería prevenir que esos procesos comenzaran para 
impedir que se dañe el patrimonio que aún no conocemos”. “La crisis ha 
salvado de alguna forma nuestro patrimonio porque ha parado la 
construcción, pero si mañana se vuelven a desbloquear grandes proyectos 
urbanísticos, la desaparición de los sondeos y los controles de 
movimiento de tierra, significaría que se pudieran saltar el informe de 
impacto ambiental”, añade.
“Los socialistas vamos a instar al Gobierno para que se derogue la ley y
 vamos a pedir la comparecencia de la consejera de cultura, Ana Isabel 
Mariño Ortega, con carácter de urgencia”, señala Maru Menéndez, diputada
 de la Asamblea de Madrid y senadora por el PSOE. “Lo suyo es volver a 
la casilla de salida”. 
"Agotaremos todas las vías legales"
El teatro Albéniz, inaugurado en 1945 y situado a escasos metros de 
la Puerta del Sol, gozaba de protección urbanística desde 1997, pero sus
 propietarios (Moro, SA) acudieron al Tribunal Superior de Justicia para
 retirársela, alegando que el edificio carecía de “relevancia 
arquitectónica”. Los magistrados les dieron la razón en 2003, con 
sentencia firme en 2005, lo que permitía su derribo para hacer un centro
 comercial. El proyecto no fructificó y la empresa entró en concurso de 
acreedores en junio de 2012. El teatro ya había cerrado en 2008. El 
edificio se ofreció al mejor postor y nadie lo quiso. El 30 de enero de 
2014, se lo quedó Kutxabank por cinco millones en una subasta judicial, a
 pesar de estar valorado en 9,2 millones. Comunidad y Ayuntamiento 
pudieron quedárselo a precio de saldo, pero no quisieron.
El problema era que los posibles compradores temían su declaración 
como Bien de Interés Cultural (BIC), lo que obligaría a mantener su uso 
teatral. Cuando el Tribunal Superior de Justicia refrendó en 2005 que el
 inmueble carecía de valor arquitectónico para ser protegido, la 
Plataforma de Ayuda al Teatro Albéniz acudió ante los magistrados con 
otro argumento: que debía ser blindado por su valor como teatro. En 
2012, el Tribunal Supremo obligó al Gobierno regional a estudiar su 
declaración como BIC al considerar que “reúne indicios sólidos para 
poder ser calificado como de una singularidad cultural y artística 
dentro de los teatros de la Comunidad”, pero a mediados de mayo de este 
año el Ejecutivo de Ignacio González (PP) denegó la máxima protección al
 teatro. “Si percibimos peligro inminente de derribo, pediremos una 
medida cautelar”, aseguraba entonces la portavoz de la Plataforma de 
Ayuda al Teatro Albéniz, Eva Aladro. “Vamos a agotar todas las vías 
legales para asegurar que el Albéniz no se convierta en un solar para 
una tienda de ropa o un hotel”.

 
 
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