Me sorprendió mucho. Alejandro Cabranes Rubio colaboraba con nosotros en la Plataforma de Ayuda al Teatro Albéniz. Era licenciado en Historia, crítico y periodista, y sabía un montón de cine y teatro. Nunca había que llamarlo y siempre acudía a todas las concentraciones y debates que convocábamos, siempre por su propia motivación.
Tengo que reconocer que no tenía una relación muy fluída con él, no conseguí comunicarme bien, creo que más por culpa mía que por la de él, y si ahora siguiera viniendo a las concentraciones por el Albéniz, seguramente todavía seguiríamos igual. Aún así siempre él tuvo conmigo una actitud buenísima (incluso llegó a recomendar en su blog, el mío de ilustración que decía le gustaba muchísimo).
Él era un verdadero entusiasta del mundo de la cultura, era de estas personas que forman el ambiente del teatro y de los cines, los aficionados de verdad, de los que se entusiasman con el mundo del arte sin reservas.
Una de estas personas que conocen a todos los actores, los consagrados y los que están empezando, y a todos les pregunta, habla con ellos, les hace entrevistas y les da a conocer (algo que tanto ayuda a los actores). Un engranaje básico para el funcionamiento de esta micro sociedad del teatro y el cine.
Tenía un blog que se llama Teatro y Películas. En mi opinión escribía muy bien (os recomiendo que lo visitéis) y dedicó unos cuantos artículos al tema del Teatro Albéniz, del que siempre se sentía indignado y trataba por todos los medios de dar a conocer (también en su blog). Hace poco (podéis verlo en el libro de visitas de este blog) defendía el trabajo de Beltrán Gambier en relación con el Albéniz, que era cuestionado por una persona por ser Beltrán argentino y defender un teatro español.
El pasado martes, estuvimos en el Ateneo con un debate sobre la conservación del Patrimonio Histórico Artístico.
El consejero de Patrimonio que vino a debatir allí con nosotros y hablaba de que las asociaciones que allí estábamos hacíamos las cosas con mucho corazón (no sé si con eso, trataba de desprestigiarnos o algo parecido). El corazón frente a la eficacia de los técnicos de la justicia y la comunidad de Madrid. Hubo mucha gente de las asociaciones que se indignó al escucharlo y que se sintión dolida y algo frustrada.
Carlos Osorio, defensor de los cines del centro de Madrid, dijo que los lugares de la cultura, eran lugares de encuentro y de relación, donde se fomentaba el debate y que era esto era lo que nos hacía crecer, tanto en lo personal como en sociedad.
Cada una de las personas que estaban en esas asociaciones estaba allí por varios motivos, pero uno básico era por amor a los sitios que quería proteger. Todos tienen una relación con ese sitio, que formaba parte de su vida, de sus recuerdos. Quizás parezca que eso no supone nada (somo unos pocos protestando por algo que no se escucha mucho en los medios), pero al final sí lo es.
Ahora al pensar que Alejandro ya no está aquí, lo imagino como una especie de estela roja luminosa que ha dejado por las calles de Madrid, algo que se queda como poso, que se adhiere a las paredes y a las calles, que las cargan de una energía y de una luz.
Alejandro sentía ese amor por la cultura, ahora me parece que brilla más y cuando lo recuerdo siento que ha dejado algo muy bonito.
Te echaremos de menos.
Una de estas personas que conocen a todos los actores, los consagrados y los que están empezando, y a todos les pregunta, habla con ellos, les hace entrevistas y les da a conocer (algo que tanto ayuda a los actores). Un engranaje básico para el funcionamiento de esta micro sociedad del teatro y el cine.
Tenía un blog que se llama Teatro y Películas. En mi opinión escribía muy bien (os recomiendo que lo visitéis) y dedicó unos cuantos artículos al tema del Teatro Albéniz, del que siempre se sentía indignado y trataba por todos los medios de dar a conocer (también en su blog). Hace poco (podéis verlo en el libro de visitas de este blog) defendía el trabajo de Beltrán Gambier en relación con el Albéniz, que era cuestionado por una persona por ser Beltrán argentino y defender un teatro español.
El pasado martes, estuvimos en el Ateneo con un debate sobre la conservación del Patrimonio Histórico Artístico.
El consejero de Patrimonio que vino a debatir allí con nosotros y hablaba de que las asociaciones que allí estábamos hacíamos las cosas con mucho corazón (no sé si con eso, trataba de desprestigiarnos o algo parecido). El corazón frente a la eficacia de los técnicos de la justicia y la comunidad de Madrid. Hubo mucha gente de las asociaciones que se indignó al escucharlo y que se sintión dolida y algo frustrada.
Carlos Osorio, defensor de los cines del centro de Madrid, dijo que los lugares de la cultura, eran lugares de encuentro y de relación, donde se fomentaba el debate y que era esto era lo que nos hacía crecer, tanto en lo personal como en sociedad.
Cada una de las personas que estaban en esas asociaciones estaba allí por varios motivos, pero uno básico era por amor a los sitios que quería proteger. Todos tienen una relación con ese sitio, que formaba parte de su vida, de sus recuerdos. Quizás parezca que eso no supone nada (somo unos pocos protestando por algo que no se escucha mucho en los medios), pero al final sí lo es.
Ahora al pensar que Alejandro ya no está aquí, lo imagino como una especie de estela roja luminosa que ha dejado por las calles de Madrid, algo que se queda como poso, que se adhiere a las paredes y a las calles, que las cargan de una energía y de una luz.
Alejandro sentía ese amor por la cultura, ahora me parece que brilla más y cuando lo recuerdo siento que ha dejado algo muy bonito.
Te echaremos de menos.
Berta Delgado - Amigos del Albéniz
1 comment:
Querida Berta,
Soy el padre de Alejandro y te escribo para decirte que me ha emocionado profundamente lo que has escrito sobre él.
Me lo guardo, además de en el corazón, en mi ordenador para unirlo al libro que quiero editar con sus críticas del blog.
Espero algún día conocerte y agradecertelo personalmente.
Un beso
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