Estimados defensores del Albéniz:
Desde el comienzo de vuestra actividad en el blog, hemos mantenido una postura coincidente en www.fotoescena.net, en contra de su demolición. Mantenemos abierto un hilo al respecto en nuestro foro, donde hemos dejado constancia en infinidad de ocasiones.
Con gran preocupación, observo unos movimientos sospechosos por parte de la Asociación de la que formo parte (Asociación de Profesioneles de la Danza de la Comunidad de Madrid). Como socio fundador de la revista "Por la Danza", que edita dicha asociación, y como fotógrafo de escena que participa regularmente en la revista y a la vez trabaja a menudo en nuestro Teatro, quiero manifestar mi absoluta repulsa a todo movimiento tendente a "sacar partido" de la demolición del Albéniz, y por ello dejo este mail en vuestro blog.
Van a matar al Albéniz por un delito que no cometió. El delito fue no estar protegido, y lo cometió el mismo que ahora quiere matarlo. Escandalizados, muchos proponen asociarse en su defensa.
Otros deciden asociarse también en su “supuesta” defensa, pero intentando pactar con el verdugo a fin de repartirse -tras su muerte- lo que Albéniz tenía. Para que todo el mundo piense que lo defienden, piensan seguir llamando "Albéniz" a todo aquel que se quede sus bienes, con la esperanza de obtener una parte...
¿Es esto lo que la Asociación de Profesionales de la Danza está haciendo?
Para aclarar que no es esto lo que están haciendo, ya que la nota comentada por Mª José crea más sospechas de las que ahuyenta, y como queda mucho para el 2007, hago esta pregunta desde aquí a Willy Arroyo, presidente de la Asociación:
¿Cual es la postura de la Asociación con respecto a la demolición del Teatro Albéniz?
Para más señas, hablo del Teatro Albéniz sito en la calle Paz de Madrid, con casi mil butacas, escenario de las Galas que la Asociación lleva contratando desde hace dieciocho años. No hablo de ningún otro teatro Albéniz, construido o por construir, hablo de ése que ellos tan bien conocen. Tampoco hablo de su solar, ni de los derechos de los propietarios que el propio Willy se encargó de recordarme el otro día. Pienso que los constructores tienen dinero y abogados suficientes como para defender sus propios intereses. Tampoco creo que Willy Arroyo tenga como misión defender o recordarnos los derechos de los propietarios actuales.
Hablo de los derechos de los contribuyentes que hemos asistido al Albéniz y nos gusta como está, los espectadores, los artistas y los trabajadores, ajenos y contrarios a los intereses especulativos de dichos propietarios. Hablo del Teatro Albéniz, y solicito una respuesta clara al respecto, sin mezclar el Teatro amenazado con la panacea futurible de la que sacar partido.
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