El Movimiento de salvación del Teatro Albéniz se enfrentará en estos días a una auténtica campaña de prostitución al servicio de los intereses en el solar del teatro.
Desde esos intereses se está comprando la voluntad de profesionales para que apoyen la demolición del teatro, a cambio de participar en una hipotética fundación o asociación que en el futuro lo pudiera gestionar o controlar.
Es decir, se vende un pedazo del cadáver del Albéniz a cambio de participar en su destrucción. Shakespeariano, sin duda.
Creo que es un auténtico engaño. Jamás, una vez desaparecido el Albéniz, se hará una sala suficientemente grande como para que pueda una fundación gestionarla. Se hará la sala más pequeña que pueda hacerse para que lo demás sean pisos de lujo. Porque lo que da dinero son los pisos, no el teatro.
Pero cuando el teatro Albéniz esté derruido, será tarde para protestas y lamentaciones.
Pueden prometer una participación en el negocio de la futura minisala de la calle Paz. ¿Vale eso acabar con el Albéniz? Moralmente, jamás. Para cuantos entiendan que ejercer una profesión es también respetar su valor y su peso moral, venderse por un miserable hueco en un futuro teatro en manos de una inmobiliaria es lo más asqueroso que uno puede llegar a pensar.
Mientras algunos se frotan las manos con la idea de un nuevo teatro a su disposición, y se reparten los despojos del Albéniz, la Plataforma de Ayuda al teatro seguirá trabajando en su línea de siempre.
Ahora tendrá que elegir cada persona que ayudó a este Movimiento.
El Albéniz vivo o el Albéniz para los carroñeros... That is the question
Eva Aladro
1 comment:
Animo Eva, el Albéniz acabarà en los brazos de los que lo aman de verdad como tù y los que estamos a tu lado.
Un abrazo fraternal para ti y todos los verdaderos amigos del Albéniz
Post a Comment