Queridas amigas y amigos del Teatro Albéniz:
Hace poco, desde el Templo de la Fe se reprochaba a Leo Bassi que criticara a la religión desde el Templo de la Palabra y Arte Humanas. Fue acusado de blasfemo. En el antiguo testamento el blasfemo ha de ser muerto a pedradas (LevÃítico, 24:16). En el siglo XXI nadie esperaba que habría que dar gracias a Dios por haber puesto a salvo a Bassi de las graves amenazas recibidas y, sobre todo, por el fallo de la bomba que amenazó su vida y la del teatro que ocupaba.
Ando estos días, que es año de celebración de un genio del teatro musical como Mozart, enredado en La Flauta Mágica, una ópera que narra de manera juguetona y fallera, solemne y delicada, el viaje de dos almas complementarias “ Pamina y Tamino “ hacia el estadio más noble del ser humano a través del amor, la purificación y la búsqueda de la verdad. En el camino para conquistar su alma gemela, Tamino debe entrar en los Templos de la Razón, la Sabiduría y la Naturaleza y superar varias pruebas antes de unirse a Pamina.
El Albéniz ha sido el Templo de la Palabra y el Arte del centro de Madrid en los últimos 20 años. Su nueva situación de desprotección ante la especulación en una zona tan emblemática, hace temer por su desaparición como Templo destinado a la cultura. Los Templos del Poder político deberían superar valientemente las pruebas que hagan falta en defensa de un patrimonio cultural situado en una zona de alto interés y de gran sentido identitario para todos los madrileños.
La Puerta del Sol y la Presidencia de la Comunidad de Madrid no pueden perder el Teatro Albéniz. En el siglo XXI no se pueden poner en riesgo los Templos de la Palabra y el Arte.
Fernando de Yzaguirre
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